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Turismo sin WiFi: destinos donde desconectarte es obligatorio

Turismo sin WiFi: destinos donde desconectarte es obligatorio

Hoy en día, la conexión a internet se ha convertido en parte esencial de nuestras rutinas. Revisamos el celular al despertar, contestamos mensajes al almorzar y publicamos fotos mientras viajamos. Pero, ¿cuándo fue la última vez que estuviste realmente desconectado? Hay rincones en México donde el WiFi no llega, y eso no es un defecto… es un regalo. Son destinos que nos invitan a redescubrir la tranquilidad, la belleza natural y el contacto humano sin filtros. Aquí te compartimos cinco lugares espectaculares donde no solo está permitido desconectarte: es obligatorio.

San Juan Tepeuxila, Oaxaca

Ubicado en la región mazateca de Oaxaca, San Juan Tepeuxila es un pequeño pueblo que parece detenido en el tiempo. Aquí no encontrarás cadenas de hoteles, ni cafés con WiFi, ni señal de celular en la mayoría del territorio. Lo que sí encontrarás es un entorno montañoso impresionante, rodeado de nubes, cafetales y caminos de tierra que invitan a caminar sin prisa. La comunidad, profundamente conectada con sus raíces indígenas, conserva tradiciones, leyendas y una gastronomía única que puedes disfrutar en casas de familia. Visitar San Juan Tepeuxila es una experiencia de humildad y reconexión, donde el silencio tiene valor y cada conversación es mirada a los ojos.

Punta Allen, Quintana Roo

Aunque Quintana Roo es famoso por su vida nocturna y conectividad turística, Punta Allen es la excepción. Esta pequeña comunidad pesquera, situada al final de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, se encuentra alejada de todo. Llegar hasta ahí es una aventura: más de dos horas por un camino de terracería rodeado de selva y mar. El resultado es una playa virgen, tranquila, sin multitudes ni torres de señal. Las posadas y cabañas rústicas funcionan con energía solar, y el WiFi, si existe, es inestable y lento. Pero eso no importa: aquí lo que importa es el mar turquesa, los manglares llenos de aves, el cielo estrellado y el sonido de las olas. Es el lugar ideal para redescubrirte sin notificaciones.

Real de Catorce, San Luis Potosí

Este antiguo pueblo minero, ubicado a más de 2,700 metros sobre el nivel del mar, es un destino mágico por donde se lo mire. Se llega a través de un túnel de casi 2 km de largo y una sola vía, lo que aumenta la sensación de aislamiento. La señal telefónica es escasa y el internet funciona solo en algunos puntos del pueblo, pero nadie va a Real de Catorce buscando conexión digital. Lo que atrae es su energía mística, sus paisajes áridos y silenciosos, y su historia minera que se respira en cada calle empedrada. Ideal para caminatas largas, cabalgatas por el altiplano, o simplemente sentarse a contemplar el atardecer con una taza de café sin ninguna prisa.

Isla Coronado, Baja California Sur

A 40 minutos en lancha desde Loreto, esta isla deshabitada forma parte del Parque Nacional Bahía de Loreto. Aquí no hay hoteles, ni restaurantes, ni servicios. Solo tú, la arena blanca, el mar transparente y las formaciones volcánicas. Es un destino perfecto para acampar, practicar snorkel o simplemente desconectarte del mundo. No hay cobertura telefónica y, por supuesto, no existe WiFi. Si decides pasar la noche, te acompañarán el sonido del viento, las estrellas y, si tienes suerte, el canto de las aves marinas. Un lugar donde el tiempo se estira y las preocupaciones se evaporan con la marea.

Las Nubes, Chiapas

 

En el municipio de Maravilla Tenejapa, en la región selvática de Chiapas, se encuentra este paraíso escondido entre ríos y montañas.

 

Las Nubes es famoso por sus aguas color turquesa, sus puentes colgantes y sus senderos ecológicos que cruzan la densa vegetación. Las cabañas ecológicas del lugar no cuentan con WiFi ni televisión, y la electricidad es limitada. Pero esa es precisamente la propuesta: dejar el celular a un lado y sumergirse en la belleza natural del entorno.

 

Puedes recorrer el río en lancha, bañarte en las pozas o simplemente sentarte en una hamaca y observar el verde infinito de la selva. Un descanso real, profundo, necesario.

En estos destinos, el WiFi no es una necesidad, es una distracción que sobra. México ofrece lugares donde desconectarse del mundo digital es no solo posible, sino profundamente revitalizante. Porque a veces, para reconectarte con lo que importa contigo mismo, con la naturaleza, con tus pensamientos, primero tienes que desconectarte de todo lo demás. Así que empaca ligero, deja el celular en modo avión y prepárate para vivir el presente… sin pantalla de por medio.

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